Cada año, cuando llega el día de Sant Jordi, me imagino
paseando por las calles de Barcelona. Corriendo de puesto en puesto, de autor
en autor, de libro en libro. El día de Sant Jordi es uno de los días que más me
gustaría vivir en Cataluña. La simple idea de tener un día la ciudad abarrotada
de escritoras y escritores rodeados por sus lectores es envidiable, pero mejora
cuando pienso que es la ciudad la que reclama a los autores, y no al contrario.
Que la lectura sea el centro de atención de un día tan bonito como Sant Jordi
es, francamente, maravilloso. Por eso aprovecho este post para recomendaros
algunas lecturas ligeras.
En este último año los libros de Nuria Roca han estado muy
presentes en mis lecturas. He leído tres de los cuatro que ha publicado, dos
co-escritos junto a Juan del Val. A falta de leer Para Ana (de tu muerto), os invito
a leer sus novelas. Sexualmente, tiene un aire de autobiografía sexual que, sea
o no verdad, os hará pasar unos ratos divertidos y picantes. Los caracoles no
saben que son caracoles es una novela muy liviana pero intensa. Es un libro que
recuerdo con cariño, fue el primer libro de Nuria Roca que leí, me pareció que
estaba escrito con una delicadeza y un cariño tremendo, y acabé devorándolo en
pocas horas. Lo inevitable del amor, la última novela publicada, tiene un hilo
argumental tenso, que se desarrolla con una rapidez vibrante y sin dar tregua a
quien lee para que deje de hacerlo.
La periodista de El País, Luz Sánchez Mellado, me deleita
cada sábado con su columna Portera de día. A falta de sábados, en su libro
Estereotipas encontré una numerosa clasificación de mujeres, cada una con su
breve historia. Desde la que se pinta los labios en el coche, hasta la que no
da abasto entre los niños y el trabajo, pasando por la que hace lo imposible
por entrar en el bikini del año anterior, todas las estereotipas de Mellado son
mujeres de carne y hueso, con sus virtudes y sus defectos. Y ella los cuenta,
con su estilo mordaz, tatuando en la cara de quien lee una sonrisa por página.
Paula, de Isabel Allende, es el relato de los últimos días
de vida de la protagonista e hija de la autora en un hospital madrileño. El
repaso por la vida familiar de Allende, contado con la intención de hacerle recordar
a su hija en un despertar que nunca llegó es una lectura dura, que todavía no
he terminado.
También ha habido, entre los libros que he leído, otros que
no me han convencido. La vida iba en serio, del presentador Jorge Javier
Vázquez, es un paseo por sus primeros años en Madrid, que termina siendo una
reconciliación con su padre, muerto hace años. No me gustó el aire pesimista
que tiene la novela. La elegancia del erizo, de Muriel Barbery es un libro que
no he conseguido terminar. Cada página tengo que leerla hasta el hastío, y así
me pasa, que me cansa, me aburre, y nunca lo termino.
No puedo cerrar mi lista de recomendaciones sin mencionar dos libros más. ¡Mírame, tonto!, de la
periodista Mariola Cubells, a la que entrevisté hace unos meses, fue el primer libro no infantil que leí en mi vida.
Aunque ya tiene unos años, es un repaso por el lado oculto de la televisión,
los engaños… más que interesante. En definitiva, la telebasura al descubierto. El
segundo es Karicies.com, un libro escrito en catalán que aborda los temas afectivo-sexuales en la
adolescencia. Está dividido en cinco partes: Prevención, Educación, Amor, Chicos,
y chicas; cuenta con los comentarios de parte del alumnado de la autora, Rosa
Sanchis, profesora de valenciano.
Que tengáis un Sant Jordi lleno de letras y rosas. Y sí, yo
también he leído Cincuenta Sombras…
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